Memoria del director

Irati es la película de aventuras histórico fantástico medieval que toda la vida he querido contar. Siempre me ha fascinado la mitología vasca e Irati es un homenaje épico a ese oscuro y fascinante mundo de leyenda. Me he inspirado libremente en los personajes de la novela gráfica El ciclo de Irati de J. L. Landa y J. Muñoz además de en otras leyendas vascas y sucesos históricos como la batalla de Roncesvalles.

Esta historia trata sobre un joven noble llamado Eneko que tiene que demostrar su valía para ser el líder del valle como lo fue su padre. Para ello terminará adentrándose en un mundo extraño y misterioso lleno de antiguas deidades mitológicas ayudado por una joven pagana del lugar llamada Irati.

Eneko e Irati pertenecen a mundos y creencias distintas, cada uno con su misión y destino. Cruzar sus caminos pondrá en entredicho sus sinos y tendrán que elegir entre el deber y lo que realmente desean.

La película está ambientada en el Pirineo vascón del siglo VIII. Una época del Medievo oscura pero fascinante, donde las religiones hegemónicas (el cristianismo y el islam) luchan entre sí, haciendo que las creencias paganas vayan desapareciendo junto a arcanas deidades vinculadas a la naturaleza. Un mundo donde, como dice el antiguo refrán vasco: “todo lo que tiene nombre existe”.